
El analista energético Darío Dávalos advierte
que la reducción del uso de Diésel Premium tras el Decreto 126 no refleja un cambio estructural, sino un comportamiento habitual del mercado.
El 13 de septiembre de 2025, el Gobierno ecuatoriano anunció el fin del subsidio al Diésel Premium, vigente durante cerca de medio siglo, mediante el Decreto Ejecutivo 126.
La medida fue presentada como una acción de “seguridad nacional” para frenar el contrabando y la minería ilegal, que se habrían beneficiado de los precios bajos del combustible frente a los de Perú y Colombia.
Días después, el Ejecutivo difundió cifras oficiales que mostraban una disminución en la demanda del Diésel Premium entre agosto y septiembre.
El Gobierno interpretó ese descenso como una señal inmediata de éxito en su política de eliminación del subsidio, destacando reducciones en provincias vinculadas a actividades ilícitas.
Sin embargo, el analista energético Darío Dávalos sostiene que esa lectura es incompleta y que los datos no confirman el argumento gubernamental.
“El Ejecutivo mostró solo el comportamiento del Diésel Premium, pero omitió los descensos similares registrados en otros combustibles.
Además, no consideró factores coyunturales, como los cierres de vías durante la movilización indígena de septiembre, que afectaron la circulación del transporte pesado y, por tanto, el consumo total de combustibles”, explicó.
Los números que cambian la narrativa
Los informes estadísticos de Petroecuador publicados en octubre revelan un panorama más amplio.
En el período entre agosto y septiembre de 2025, el consumo de Diésel Premium cayó un 4,1%, pero la tendencia se replicó en el resto de combustibles automotrices: Ecopaís bajó 4,2%, Extra un 7,6%, mientras que la Súper Premium aumentó apenas 0,7%.
Estos descensos no son inéditos.
En los años previos a la pandemia, como 2018 y 2019, el consumo de Diésel Premium ya había caído cerca del 5% durante los mismos meses, acompañado por retrocesos similares en las gasolinas.
“Los datos del consumo de combustibles entre agosto y septiembre de este año ubicados dentro de la tendencia desde el año 2018, corresponderían a cambios estacionales, no precisamente a la eliminación del subsidio al Diésel Premium”, precisó Dávalos.
Un impacto aún por medir
Para el experto, todavía es prematuro afirmar que la eliminación del subsidio esté modificando los hábitos de consumo.
Dávalos recordó que un proceso similar ocurrió con la gasolina Súper, cuya demanda cayó drásticamente tras el retiro del subsidio en 2018, pero tardó casi cinco años en mostrar señales de recuperación.
“No por madrugar amanece más temprano”, concluyó el analista.
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