Existe un incremento sostenido de fraudes digitales, clonación de perfiles y ataques con IA (Inteligencia Artificial); Guayas y Pichincha concentran el 68% de denuncias.

Solo entre enero y octubre de 2025, la Fiscalía General del Estado registró 4.784 denuncias por suplantación de identidad, una cifra que refleja tanto el auge de actividades delictivas en el entorno digital como el incremento de vulnerabilidades en servicios financieros, telecomunicaciones y redes sociales.

Las cifras muestran un mapa desigual: Guayas lidera con 1.755 casos, seguida de cerca por Pichincha (1.525).

Muy por detrás aparecen Manabí (268), Los Ríos (126) y Santo Domingo (105).

En el extremo opuesto, Morona Santiago (18), Napo (15) y Zamora Chinchipe (27) reportan los índices más bajos.

El fenómeno, sin embargo, no es solo estadístico.

Tiene rostros, víctimas y consecuencias legales y económicas que pueden arruinar la reputación de una persona, afectar su vida financiera o incluso involucrarla en procesos judiciales por delitos que jamás cometió.

Cómo operan los suplantadores: técnicas antiguas, herramientas nuevas

Arcotel y su Centro de Respuesta a Incidentes Informáticos (EcuCERT) advierten que las modalidades se han sofisticado con la masificación de la inteligencia artificial.

Los atacantes ya no solo envían correos fraudulentos con enlaces sospechosos: ahora pueden generar mensajes, audios o videos hiperrealistas de aparentes bancos, empresas o incluso familiares.

Un reporte global de IBM sostiene que:

• 35% de los ataques de suplantación de identidad ya usan IA,
• 16% de las brechas de datos se apoyan en herramientas avanzadas,
• Y en phishing, el uso de IA puede llegar al 37%, especialmente mediante deepfakes.

Esto permite clonar voces, crear fotografías falsas y redactar mensajes sumamente convincentes para inducir a las víctimas a entregar información bancaria, claves, códigos SMS, contraseñas o datos personales.

El riesgo aumenta, además, por la debilidad en controles de seguridad de muchas empresas tecnológicas emergentes.

62% de las compañías -según IBM- carecen de sistemas adecuados de protección en sus plataformas basadas en IA.

Casos reales: desde adultos mayores afectados hasta redes que clonan cédulas

La suplantación no solo ocurre en internet. También se comete con documentos físicos robados, fotos de cédula que circulan sin control o filtraciones masivas de datos, como ocurrió en 2019 en Ecuador.

En septiembre de 2023, por ejemplo, Inisha Dominga U. N. fue sentenciada a cinco años de prisión por suplantar identidades para cobrar el Bono de Desarrollo Humano.

Fue detenida en flagrancia en Píllaro, con varias cédulas falsas y dinero en efectivo. La Fiscalía probó que actuó por encargo de tres personas más.

En otro caso, en octubre de 2025, un adulto mayor de Guayaquil quedó impedido de recibir transferencias tras ser involucrado -por una suplantación- en una supuesta deuda con una empresa eléctrica de Durán.

La coactiva se activó a pesar de que el hombre nunca contrató el servicio.

Por qué Ecuador es vulnerable: filtraciones, nube y datos sin control

Expertos en ciberseguridad advierten que Ecuador se ha convertido en terreno fértil para estos delitos por tres razones:

• Filtraciones previas de bases de datos públicas, que incluyen direcciones, números de cédula, nombres de familiares y contactos personales.
• Dependencia total de servicios en la nube, cuyos servidores están fuera del control del usuario común.
• Venta informal de bases de datos en mercados abiertos, como ya denunció el propio Gobierno años atrás.

Con esa información, un atacante puede:

• Abrir líneas telefónicas,
• Solicitar créditos,
• Duplicar tarjetas SIM (SIM swapping),
• Crear perfiles falsos,
• Acceder a cuentas bancarias,
• O incluso usar IA para clonar la voz o el rostro de una persona.

El marco legal: penas de uno a tres años, pero con matices

El abogado especialista en protección de datos, Sebastián Chamorro, recuerda que el artículo 212 del COIP sanciona la suplantación de identidad con uno a tres años de cárcel.

Sin embargo, agrega que pueden sumarse responsabilidades civiles, administrativas y de reparación, dependiendo del impacto económico.

“No es lo mismo suplantar la identidad para robar una cuenta de USD 100 que una de USD 1 millón”, explica.

A raíz de la filtración de datos de 2019, Ecuador aprobó su Ley de Protección de Datos Personales, vigente desde 2023, que incluye controles para evitar que fotografías o audios sean usados para entrenar modelos de IA sin consentimiento.

Arcotel: qué hacer para evitar caer en suplantaciones

EcuCERT comparte una guía básica que reduce significativamente los riesgos:

• No dejar copias de cédula o documentos en lugares visibles o con desconocidos.
• Configurar la privacidad en bancos, redes sociales y plataformas de compra.
• Usar contraseñas robustas y renovarlas periódicamente.
• Activar el doble factor de autenticación.
• No ingresar claves en redes Wi-Fi públicas.
• Verificar que los sitios web empiecen por https://.
• No compartir fotos o videos vulnerables.
• Revisar políticas de privacidad antes de usar servicios.
• No dejar celulares o laptops sin supervisión.
• No publicar datos personales en redes.

El riesgo de fondo: una combinación explosiva de IA, filtraciones y descuido

Para Chamorro, la suplantación de identidad ya no es un delito marginal, es una industria criminal en expansión, impulsada por la capacidad de la inteligencia artificial para fabricar engaños cada vez más creíbles.

Con 4.784 casos en apenas diez meses, Ecuador enfrenta un problema que no solo requiere legislación y tecnología, sino también educación digital.

“Porque en un entorno donde una voz clonada, un rostro falsificado o un correo perfectamente redactado pueden arruinar una vida, la primera barrera de protección sigue siendo el propio usuario”, indica el experto.