El narcotráfico y los delitos conexos se enquistan en el Ecuador, ¿cómo enfrentarlos?

Para el exsecretario de Seguridad de Colombia, la solución es que el estado ecuatoriano cuente con un plan y recursos para enfrentar a las mafias.

Hugo Acero, exsecretario de Seguridad de Colombia, evalúa la crisis de inseguridad por la que atraviesa Ecuador.

Lo hace desde la perspectiva de que la justicia por mano propia no es la mejor solución, sostiene que al crimen organizado transnacional hay que combatirlo con planificación.

En entrevista con Radio Pichincha el sociólogo, asesor y experto en manejo de crisis habla de opciones que van por fortalecer la estructura del Estado. Es decir, que las funciones Ejecutiva, Legislativa y Judicial cumplan adecuadamente con su rol para atender el reclamo de la población, que quiere vivir en un ambiente de seguridad.

Acero habla de la importancia de invertir en seguridad y para ello lo que se pueda destinar siempre va a ser poco. Lo más viable para el experto es crear más impuestos y así atender a cabalidad a este sector.

Asimismo Hugo Acero sugiere que Ecuador ataque de raíz este problema social poniéndose de acuerdo con los gobiernos de Colombia y Perú, países de donde salieron las mafias del narcotráfico que cada vez se enquistan en la sociedad.

La cooperación internacional sería otra opción con países como Estados Unidos, Reino Unido e Israel.

Ecuador vive una crisis de inseguridad que preocupa. Gerentes de hospitales asesinados, coches con explosivos y  hasta un hombre bomba. De su experiencia ¿a dónde puede llegar el Ecuador con esta serie de hechos?

Tanto a mí como a expertos ecuatorianos nos llama la atención cómo de un momento a otro el narcotráfico llegó al Ecuador.

Posiblemente comenzó hace más de 10 años. En aquella época, se veía cómo las mafias colombianas sacaban droga por Ecuador. Las estructuras criminales que exportan droga buscaron un país con determinadas características que les permitiera seguir exportando droga hacia los Estados Unidos y Europa. Así encontraron a Ecuador, un país dolarizado; por donde en su momento, la droga solo estaba de paso; cruzaban por Esmeraldas y de ahí salían hacia Estados Unidos.

¿Y qué trae ese fenómeno del narcotráfico?

Trae extorsión, sicariato, asesinato selectivo, actos de terrorismo, trata de personas, comercio de armas y aumento del contrabando. Todo eso es conexo con la actividad del narcotráfico y se ha expandido en Esmeraldas, pasó a Guayaquil, El Oro y a otras provincias que están siendo afectadas de manera grave con hechos de violencia y delincuencia. Eso va a seguir creciendo si el estado ecuatoriano no asume de manera integral un enfrentamiento contra esas estructuras criminales.

Colombia ya pasó por atentados terroristas, cuya autoría se la atribuían las mafias del narcotráfico. ¿En Ecuador se está empezando a repetir su historia?

La droga no estuvo de paso, la droga llegó para quedarse. Es lo que ha sucedido en Centroamérica, en México y Brasil.

La droga que sale de Colombia y Perú pasa por estos países y se queda también para el consumo interno que es importante desde el punto de vista de la renta criminal.

Por eso se requiere de una acción integral del estado ecuatoriano y cuando hablo del Estado no es solo una responsabilidad del presidente Guillermo Lasso, y de su gobierno, sino también del Legislativo que no tiene leyes que enfrenten de mejor manera estas estructuras criminales.

Es necesario incautar los bienes que tienen estas organizaciones, atacar el lavado de activos que es lo que más les duele a los criminales cuando se les quita los recursos.

¿Y cuál es el rol de la justicia?

Es importante el rol que cumplen la justicia, los jueces, la Fiscalía, y las Cortes. Pero los ciudadanos en general también deben involucrarse y para eso hay que tener un plan que implique enfrentar los retos que supone una criminalidad cada vez más organizada que se da a través del narcotráfico con todas las manifestaciones que ya se conocen.

¿Los grupos paramilitares, los escuadrones volantes, la justicia por mano propia o armarnos hasta los dientes son las alternativas para hacer frente al crimen organizado y transnacional?

Ninguna de esas salidas es la más adecuada. En Colombia desafortunadamente tenemos experiencias desastrosas.

En Colombia en algún momento se pensó que armando autodefensas campesinas, armando autodefensas de sectores se podía controlar el accionar de la guerrilla, finalmente se convirtieron en otros grupos criminales que incrementaron la violencia.

¿Qué se puede hacer en Ecuador?

El Ecuador requiere de manera urgente fortalecer el estado y su estado de derecho.

En esa línea lo primero es fortalecer las instituciones de seguridad y justicia, la Policía, el Ejército, los jueces, los fiscales, las Cortes y las cárceles.

A más de la voluntad política se requieren recursos y es ahí en donde entra a participar la sociedad ecuatoriana en su conjunto.

¿El porte de armas dispuesto por el presidente Guillermo Lasso es una solución?

Creo que el Presidente llega a una decisión como esta porque hay sectores importantes de la sociedad ecuatoriana que portando armas se pueden defender mejor de los delincuentes. Seguramente algunas personas lo saben hacer porque han sido entrenadas para ello y son responsables. Pero no solo hay que entregar armas, hay que conocer cuál es la responsabilidad que tiene el Estado al entregar armas a la sociedad civil, ya que luego las pueden usarlas de manera inadecuada.

Las pueden usar en conflictos menores, problemas de tránsito o en líos con los vecinos. Lo que hace la persona armada es solucionar el problema de una forma rápida lesionando o matando a otra.

Creo que esa no es la salida, pero también creo que la situación por la que está pasando el Ecuador y el gobierno es lo que lleva a este tipo de decisiones.

Lo mejor sería fortalecer las instituciones del estado y, particularmente, las labores de inteligencia e investigación criminal porque si hay estructura criminal bien organizada y con muchos recursos hay que atacarlas desde sus finanzas.

¿La cooperación internacional es la salida?

Hay que buscar asesoría, trabajar en equipo con Estados Unidos, Reino Unido e Israel para enfrentar a una mafia que es transnacional.

Al final la droga llega a Europa y Estados Unidos, es ahí donde se consume y donde las mafias obtienen gran cantidad de recursos. Luego se vuelven hacia nuestros países con mayor violencia y mayor delincuencia.

Más que imitar lo que hagan otros países hay que buscar asesoría y cooperación internacional para enfrentar a las mafias que ya superan la capacidad de cualquier estado pequeño como los nuestros.

También hay que trabajar con países que afectan la seguridad de Ecuador porque la droga sale de Colombia y Perú.

La inseguridad se liga con otros problemas sociales como el desempleo y la pobreza. ¿Cómo hacer que el gobierno ecuatoriano tome el toro por los cuernos?

En estos temas de migración y pobreza se requiere inversión. Colombia también pasa por esa situación, tiene un alto volumen de migrantes venezolanos y la cooperación hay que atenderla. Pero también no hay que ser tan ingenuos porque detrás de esa migración están algunos grupos criminales que hay que perseguir, detenerlos, judicializarlos y desde luego condenarlos.

Para ello, se requieren recursos y es ahí que debe haber un plan del estado. Esos recursos hay que pagarlos a través de impuestos. Sin recursos y sin un plan es difícil enfrentar la criminalidad.

¿Cuánto tiempo le ha tomado a Colombia hacer frente a las mafias?

No se termina, las seguimos enfrentando. Hay debilidad en las políticas, pero en principio hay experiencia acumulada que permite enfrentar a este tipo de estructuras. El estado ecuatoriano va a requerir de impuestos mayores para intervenir.