
Tras la desaparición del profesor Crizón, estudiantes cuentan que son víctimas de la delincuencia en la universidad.
La misteriosa muerte del profesor Mauricio Gustavo Crizón puso a hablar a la comunidad de la Universidad Central del Ecuador sobre la falta de seguridad. Estudiantes relataron que han sido víctimas de hechos delictivos dentro de las instalaciones y sus casos quedaron en la impunidad.
Paúl Espinosa contó que, en enero de 2019, dejó su auto estacionado en los exteriores del estadio universitario. Ahí guardó su mochila y la de dos compañeros. Permaneció 40 minutos en un evento. Y cuando regresó a su carro, el vidrio izquierdo de la parte trasera estaba roto y se habían robado dos mochilas.
“Hablamos con los guardias. Nos llevaron a otro departamento de la universidad y nos indicaron que no podían hacer nada, porque, como es un sitio público, no tiene un seguro o un protocolo para ese tipo de robos”.
Tamara L. tiene 22 años y actualmente estudia en la Universidad Central, protegemos su identidad para evitar represalias. El miércoles 11 de enero de 2023 subía por el Teatro Universitario con un amigo. La zona estaba desolada porque llovía. De pronto, un ladrón apareció para arrebatarle el celular a su acompañante y huyó. La estudiante señala que informaron a los guardias sobre el robo, pero les respondieron que el caso «salía de sus manos».
Un policía les indicó que la seguridad de los estudiantes estaba a cargo de la universidad. Y desde la Central le indicaron que, como no tenían un control estandarizado con los carnets, cualquier persona ingresaba al campus con la cédula. «No podemos sospechar de todo el mundo», le dijeron.
Desapariciones y robos
La Universidad Central se encuentra ubicada en el centro norte de Quito. Está en la parroquia Belisario Quevedo, rodeada por la calle Bolivia y las avenidas Universitaria, América, La Gasca y Occidental. Además, bordea los barrios Miraflores y La Gasca.
Según el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana, en el barrio Miraflores, en 2022, se registraron 36 incidentes delictivos. Y en lo que va del 2023, ya han ocurrido 27. En La Gasca, en 2022, hubo 327 incidentes delictivos. Y este año ya se han registrado 261. Entre ellos se mencionan cuatro desapariciones en 2022, y una este 2023, que corresponde al profesor Mauricio Gustavo Crizón.
El profesor universitario desapareció el 15 de febrero de 2023, en los alrededores de la universidad. Trabajaba en la Facultad de Agronomía y en la mañana pidió permiso para hacer un trámite bancario. Nada se supo de él desde ese día. El sábado 25 de febrero, el cuerpo del profesor fue hallado desnudo, en estado de putrefacción, tenía cuello roto. El hallazgo se dio en el sector de Guangate, nororiente de Quito.
Carlos Crizón, padre de Mauricio, indicó que desde la universidad solo señalaron que su hijo solicitó permiso para realizar un trámite bancario y no regresó a trabajar. Lo que le ocurrió es un misterio.
Falta de protocolos de seguridad
Ángel Guanuche egresó de la Universidad Central hace dos años. Él ha sido testigo de robos en los alrededores del centro de estudios, especialmente en la calle Bolivia, al lado del estadio. “Es una zona roja”, dice. Y cuenta que a su compañera, llamada Gabriela, le dieron escopolamina.
El hecho se dio en 2017. Ella avanzaba por la calle Bolivia y la avenida Universitaria. Ahí fue abordada por dos delincuentes que la drogaron y le robaron la mochila y su dinero. “Por fortuna, fue llevada al hospital para ser atendida”, cuenta Ángel.
Pamela M. estudia actualmente en la universidad. Ella también ha sido testigo de robos. Señala que en 2022, a su amiga le sorprendieron dos ladrones que salieron de unos arbustos, después de avanzar por la entrada principal. Se llevaron el dinero y el teléfono.
Tanto Guanuche, Espinosa y las estudiantes mencionadas revelan que desde la Universidad Central nunca les han informado sobre los protocolos de seguridad. Ellos no saben cómo proceder si ven a un criminal dentro de las instalaciones o, en el peor de los casos, si son víctimas de algún hecho delictivo.
Puertas de ingreso y cámaras de seguridad
Las cámaras de seguridad no fueron útiles al realizar la búsqueda del profesor Mauricio Crizón. Carlos Crizón indicó, el 23 de febrero, que la Policía Nacional el informó que las cámaras del ECU-911, que monitorean los alrededores de la Universidad Central, estaban «dañadas». Los pocos videos a los que accedió fueron de negocios particulares. Así vio que su hijo Mauricio Crizón salió de la universidad, hasta la avenida América, antes de desaparecer.
En el caso de Crizón, como en los anteriores mencionados, las cámaras de seguridad que se encuentran dentro de la universidad o en sus alrededores, no sirvieron para prevenir actos delictivos o atrapar a los delincuentes.
Otro factor que incrementa la inseguridad es que varios postes de luz se encuentran dañados. La estudiante Pamela M. dice que, en la noche, los alumnos deben caminar en grupo. «Es súper oscuro desde la Facso hasta Odontología. En la zona que rodea el estadio, el coliseo, no hay luz».
Las puertas de ingreso, advierten, no brindan suficiente seguridad, por daños. Pamela M. señala que los estudiantes tienen carnets con chip para ingresar. Sin embargo, ese sistema de seguridad está en mantenimiento en la entrada principal. «Las puertas permanecen abiertas y cualquier persona puede entrar y salir».
Guanuche corrobora esta información e indica que cualquier persona puede entran a la universidad, «como si fuera su casa». Así dice que pusieron torniquetes, «pero no funcionan». Y con estas falencias en temas de seguridad, los estudiantes arriesgan su integridad cuando entran o salen de clases. Solicitamos una entrevista con el rector de la universidad, Fernando Sempértegui, pero hasta la publicación de la nota no hubo respuesta desde la Dirección de Comunicación.
POR EDISON P
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